Palabras de Carlos Infante del 21 de Junio de 2013,
4:40 p.m. en Jardines del Recuerdo, para despedir al Profesor Luis Ussa Vargas,
cuando su féretro iba a descender a la tumba.
Junto con mi
señora Lida Astrid presento mis
sentimientos de dolor y solidaridad a Gustavo Adolfo, Luis Alberto y Germán
Alvaro Ussa Luna, hijos amadísimos del profesor Luis Ussa, así como a sus
nueras, nietos, bisnietos y tataranieta,
y a doña Elizabeth Cadena.
En este solemne
momento estamos en espíritu contemplativo celebrando la llegada gozosa a la casa del Padre
Celestial , de este insigne maestro, colega de los más finos quilates
académicos y humanos; del amigo de total e insustituible lealtad; del esposo,
padre y abuelo amantísimo y del varón de
extraordinaria generosidad, profesor Luis María Ussa Vargas.
Son innumerables las generaciones de
educadores y discípulos del profesor Ussa, quienes han constituido legión en
todo el territorio nacional, y quienes podrían dar testimonio cierto de la real
verdad y sabiduría, encarnadas en Don Luis Ussa Vargas, como educador y como
persona de excepciones cualidades humanas.
Oriundo de Güicán
(Boyacá), población iluminada por la
deslumbrante blancura perpetua de la Sierra Nevada de Güicán y de El Cocuy, tierra
de fértiles plantíos y de gente de gran generosidad y acogida, como lo vimos en
el mismo profesor Ussa.
Nuestro
personaje realizó sus estudios superiores en Ciencias Sociales en al Normal
Superior de Estudios Universitarios de Bogotá, convertida hacia 1.951 en la
Universidad Pedagógica de Colombia, trasladada a Tunja.
Inició el
profesor Ussa su labor docente en el Colegio Nacional José Eusebio Caro de la
ciudad de Ocaña (Norte de Santander),
donde pronto llegó a ser Vicerrector y luego Rector encargado. En esta
ciudad contrajo matrimonio con la gentil y distinguida dama doña Mary Luna, de
renombrada estirpe, con quien tuvo y formo sus hijos, anteriormente
mencionados, y a quien conocimos y tuvimos el honor de tratar, pero quien
infortunada y prematuramente falleció.
Durante un corto
lapso de tiempo fue el profesor Ussa a ejercer la docencia a Barranquilla, de
donde salió luego para la Vicerrectoría
del prestigioso Colegio Nacional San Simón de Ibagué, del cual fue rector por
algún tiempo.
Por último, vino
a posesionarse como vicerrector del Instituto Nacional Piloto Nicolás Esguerra de Bogotá, cargo que ocupó
hasta el final de su carrera educadora.
Ahí lo conocimos, y lo conoció todo el profesorado de los Colegios Nacionales y Distritales de Bogotá y muchas generaciones de estudiantes esguerristas. Ahí también fuimos sus colegas y colaboradores subalternos, pero siempre amigos.
Ahí lo conocimos, y lo conoció todo el profesorado de los Colegios Nacionales y Distritales de Bogotá y muchas generaciones de estudiantes esguerristas. Ahí también fuimos sus colegas y colaboradores subalternos, pero siempre amigos.
Tal vez por
su sabio contacto con la juventud y por
su natural índoles de relación afable y por su especial uso de la palabra,
siempre bondadosa y enmarcada en un rostro sonriente, pudo reflejar en su actitud
y comportamiento el candor, el resplandor y la ternura de un niño, lo cual
cautivo a todos y parece que nos lo dejó como uno de sus legados: que nos
asemejáramos a él.
Maestro cabal y
querido, profesor Luis Ussa Vargas! Hoy su ausencia terrena deja un total vacío
en nuestros corazones. Pero descanse jubiloso y en paz en la presencia luminosa
de Dios, porque supo vivir a plenitud la vida del justo del Evangelio. Sus enseñanzas se prolongarán sin término por
generaciones en la mente, en el alma y
en la acción de sus seres queridos y de todos los que lo amamos, porque usted
fue sembrador de amor. La semilla que sembró es imperecedera.
Gracias, Señor
Jesucristo, por habernos dado como paradigma de rectitud y de virtudes a éste
gran hombre y maestro, Luis Ussa Vargas. Hasta luego, maestro y amigo.